La
mitología hace referencia a varios castigos impuestos a los mortales
por los dioses, uno de ellos es del rey Tántalo, el cual es conocido
como “el suplicio de Tántalo”. En la mitología griega, Tántalo
era el rey de Frígia o del monte Sípilo en Lidia (Asia menor) Era
hijo de de Zeus y la oceánide Pluto, hija de Cronos. Tántalo se
casó con Dione, hija del Cielo y de la Tierra, y fue padre de
Pélope, Níobe y Broteas.
Tántalo
es un personaje muy conocido en la mitología griega por el
castigo que le fue impuesto,
y que lo
convirtió en unos de los habitantes del Tártaro, la parte más
profunda del inframundo, reservada al castigo de los malvados.
Tántalo
era un rey amado por los dioses, tanto era el cariño que le tenían,
que hasta lo invitaban a participar de sus festejos en el Olimpo.
Pero ellos
no sabían que Tántalo ocultaba sentimientos oscuros y
que también era un pillo. En una ocasión robó Néctar y Ambrosía
(bebida y alimento de los dioses) del Olimpo, para repartirlos entre
sus amigos y concubinas.
Zeus
aplastó a Tántalo con una roca que colgaba del monte Sípilo y lo
mató,
luego dejó en ruinas su reino. Pero el castigo no terminó, cuando
fue aplastado por la roca, después de muerto, Tántalo
fue eternamente torturado en el Tártaro por
los crímenes que había cometido. El
castigo de Tántalo consistió en estar en un lago con el agua a la
altura de la barbilla,
bajo un árbol de ramas bajas repletas de frutas. Cada vez que
Tántalo, desesperado por el hambre o la sed, intenta tomar una fruta
o sorber algo de agua, éstos se retiran inmediatamente de su
alcance. Y Tántalo sueña con asados y néctares, dispuestos en una
gran mesa preparada sólo para él. Pero nunca los logra alcanzar por
más que se esfuerce. Además tiene sobre él una enorme roca, que
amenaza con aplastarle para expiar todos los crímenes que había
cometido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario