Viaje
a Córdoba
Voy
a hablar de cuando fuimos de viaje a Córdoba. Lo que me llevé en la
mochila fue dos botellas de agua, tres bocadillos para el desayuno,
comida y merienda. Una gorra. Dineros, porque me quería comprar algo
y me compré un peluche que era una foca.
El
día de antes estaba un poco nerviosa, porque era un poco largo el
viaje y no sabía si me iba a marear, pero en el fondo contenta de
estar casi todo el día descubriendo cosas nuevas y pasándomelo bien
con mis amigas.
El
4 de mayo fuimos de viaje a Córdoba, en el autobús yo me puse de
pareja con Naiara y fuimos todo el rato hablando con Elena y Olga,
que se pusieron detrás de nosotras, yo me quería dormir pero como
no paraban de hablar pues no pude. A mitad de camino nos paramos en
un tienda que también era restaurante, para desayunar, también nos
paramos para ver si podíamos comprarnos algo, pero cuando vi los
precios dije que no iba a volver a esa tienda más, había un peluche
que costaba 100,30 euros.
Cuando
terminamos de desayunar nos fuimos a soltar las mochilas y Naiara
cogió su cámara de fotos, para echarnos fotos por el camino. En el
autobús estuvimos casi todo el rato con la cámara echándonos fotos
y vídeos, sin que se dieran cuenta, grabamos a Elena y Olga por el
medio de los asientos, ellas no sabían nada y cuando se lo enseñamos
se rieron, nosotras pensábamos que se iban a enfadar pero no se
enfadaron. Cuando llegamos vimos un montón de niños que también
iban de visita a Córdoba, el maestro nos explicó que antes de
entrar en el Alcázar había un puente romano, donde había un hombre
tocando el acordeón, estaba chulísimo.
Íbamos a ver: El Alcázar de los reyes cristianos, La mezquita de
Córdoba y El zoo.
Lo
que más me gustó me fue el zoo, porque vimos todos los animales y
yo vi al mandril.
El
Alcázar estaba muy bonito, Elena se pensaba que era su templo,
porque su apellido es Alcázar y decía a todos que tuvieran cuidado
de no romper nada porque si no ya no era tan precioso como antes.
Tenía unos parques preciosos y al lado tenía unos jardines, nos
paramos porque Pepe nos quería hablar un poco de todo aquello, de
cómo conquistaron Córdoba, el maestro dice que se iban a los
pueblos más ricos, porque los pobres no valía la pena conquistarlos
y después nos hizo preguntas.
Después,
vimos una niña que se estaba haciendo fotos de comunión, iba
guapísima.
Había
un montón de peces en una zona donde había agua, yo estaba
viéndolos y el que más me gustó fue el naranja, porque era el que
más resaltaba, aunque los otros también resbalaban. Más abajo
había como unas piscinas, pero no había peces, eso daba igual
porque el paisaje era precioso. También había estatuas de los reyes
Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Luego,
un poco más tarde nos fuimos a la Mezquita, pero el maestro fue a
comprar entradas y nosotros nos esperamos un poco. Cuando entramos
nos dieron unos papeles con salas de la mezquita y el maestro nos
dijo que en el suelo había tumbas y nosotros leíamos casi todo lo
que ponía en el suelo, porque explicaba la historia de ese hombre.
Vimos
los arcos de la mezquita y a mí se me perdía la vista, porque había
un montón de arcos.
Después
entramos en una iglesia grandísima y los bancos eran muy largos.
Cuando
llegamos al zoo, lo primero que hicimos fue comer y luego ver a los
animales. El animal que más me gustó fue el mandril, que es el
animal que yo hice, me sentí muy contenta cuando lo vi, porque
después de estar haciendo un trabajo de él y luego verlo me
encantó.
También
vimos una elefanta muy vieja que se llamaba Flavia y era súper
grande. Vimos unos hipopótamos que estaban muy gordos y
tenían el agua muy sucia.
Más
tarde llegamos donde estaban unos monos muy graciosos, los veía
quitándose piojos y a mí me dio por reír y no podía parar,
me hizo mucha gracia porque parecían personas normales pero más
chicas.
Luego
vimos los lobos que se estaban escondiendo, pero al final los vimos y
eran muy chulos.
Lo
que más me gustó fue el león y la
leona, estaban dormidos pero se veía que eran muy grandes.
Cuando los estábamos viendo se despertó la leona y se acercó donde
estábamos nosotros y le empezaron a poner la mano en el cristal y
cuando la leona se tiró pues a mí me dio un poco de miedo porque no
me lo esperaba y me dio un susto.
Cuando
íbamos a mitad de camino me iba a dormir, pero Sergio empezó a
hablar del golf y Naiara y yo no parábamos de reírnos. Me lo pasé
muy bien.